sábado, 5 de julio de 2008

Artista exclusivo

Frente a todo pronóstico la pelota gambeteó la suela. Por suerte hay alternativas: culpar a un compañero, quejarse del estado de la cancha. Ninguna es efectiva. Nada peor que comenzar con un tropiezo. El panorama se oscurece. Es que se trata de la carta presentación. Un gesto así disminuye, minimiza y, a su vez, agiganta a los contrarios. Hasta al lateral izquierdo suplente, que ya no se desempeña como titular por su generosa panza.
-Buscalo al cuatro que es horrible. Estos choris que venden acá son una mierda.
Es así. Sentencia. Imparte el destino de ese rendimiento. Si el primer paso es deficiente, también lo será todo el resto . Ojo, la regla es caprichosa porque no es inversamente proporcional. Es que una jugada exquisita de entrada también puede desembocar en una floja actuación. Pero la primera. La primera, como en el truco, es de oro. Perder la pelota de esa manera tan vergonzosa es como tirar un cuatro en la primera mano; es como esos sueños en los que uno se da cuenta de que está desnudo.
-¡Dale Chicho despertate la puta madre que te re mil re pario!
No hacía falta la crítica. Chicho sintió el impacto. Impacto que se agravó cuando su despeje salió para atrás y terminó en un nuevo córner. Y la confianza que se escapa. Se bifurca. No hay caso. Un caño, una patada que se hace acreedora de una advertencia, una palmada de un compañero, una amarilla. Un pelotazo en las partes bajas completa el combo.
En esos momentos se ven los jugadores que dejan marcas en la memoria. Ahí está la pelota. Vienen corriendo los rivales. Enojados, tipos duros, con cara de malos. Y el primero pasa. El segundo también. Pobre el tercero que no llegó a cerrar las piernas. Y pobre el arquero que nada pudo hacer frente a ese pelotazo. La jugada estaba dibujada en su cabeza. Todo listo. Tomó la pelota y sacó un terrible derechazo. De esos que van a diez centímetros del piso. Signo de talento. Pero, en vez de aquella gloria imaginada, la pelota salió por la mitad de la cancha. La mano tomó la parte posterior del muslo. Un grito casi desgarrador preocupó a sus compañeros. El cambio fue instantáneo.
-¡Mirá que le puse pelotas eh! Pensé que iba a poder jugar, pero este dolor me está matando.
-¿Te duele mucho Chicho?¿Qué tenés? Pará que llamo al médico.
-Desgarro, seguro. ¡Tan boludo sos que no te podés dar cuenta! ¿O te creés que jugué tan para la mierda por burro? No ves que sos un forro. No, un forro no. ¡Sos un hijo de puta! ¡Un reverendo hijo de puta! Eso es lo que sos. Andate bien a la mierda. ¿Qué me tocas la pierna? ¿Qué mierda querés ver? Hasta puto sos. Tomatela maricón. Dejame en paz y metete al médico en el orto.

4 comentarios:

Gonzalo dijo...

Como siempre Deuche, gran blog, aunque reconosco que tengo que comentarte mas, ja.

Yo soy el primero en alabarlo y en criticarlo a Riquelme, de eso no te quepa duda.

Con respecto a lo del partido con Brasil no me referia tanto al juego sino a que jugo un gran partido en cuanto a que se movio y marco como nunca.

Seguí asi.
Prometo comentar mas seguido

Deuche dijo...

Gonzalo: hagamos una cosa: si Riquelme nos saca campeones del mundo, después viene a Los Andes, lo asciende y lo hace salir campeón de Primera, entoces ahí sí te doy la derecha sobre Román. Un gusto como siempre, saludos...

El_Acertijo dijo...

Deuche!

la oferta sigue en pie! estaba a full con el cambio del blog!
En cualquier momento te encontras con un cuento publicado!!!!!!
te aviso!

abrazo de gol

www.tremendamentemotivados.com

Ruben

Deuche dijo...

El_acertijo: no hay drama. Si hay alguna novedad me avisás. Felicitaciones por el cambio. Saludos...